Tenemos nuevo giro de los acontecimientos que ha sacudido la Liga de Campeones de League of Legends de Corea (LCK) en términos de publicidad y finanzas, que unen a la polémica protagonizada por los clubs hace unos días.

Todo surge a raíz de la decisión de Huya, plataforma de streaming de videojuegos en China respaldada por Tencent Holdings, propietaria de Riot Games, de suspender las retransmisiones oficiales en chino de la nueva temporada de LCK. Esta suspensión, la primera desde que Huya se convirtió en socio exclusivo de streamming con Riot Games en 2018, se debe a la falta de un titular de derechos de retransmisión en el país, según Riot Games Korea. Sin embargo, se especula que la controversia reciente en torno a Generation Gaming (Gen.G), uno de los principales clubes de esports en Corea, ha influido en esta decisión.

El incidente con Gen.G, que causó indignación en China al referirse a Taiwán como un país en una publicación de Facebook y luego emitir una disculpa ambigua, ha llevado a una crítica generalizada tanto de los fans chinos como coreanos y parece ser un factor clave en la suspensión de la retransmisión de LCK.

Esta suspensión representa un golpe significativo para la rentabilidad de la LCK, ya que pierde ingresos por derechos de licencia en un momento en que la liga ya se enfrenta a desafíos para asegurar el crecimiento de sus ingresos. Al problema con los equipos previamente mencionado, se une también el problema indirecto de Twitch abandonando el país.

El dilema financiero no es solo un problema para la LCK, sino para toda la industria global de esports. La rentabilidad de los eventos de esports suele estar limitada a patrocinios de estudios de juegos y fabricantes de hardware, con una débil relación con compañías de otras categorías de productos. Además, las posibilidades fuera de las competiciones han sido escasamente exploradas.

En medio de estas dificultades, Dylan Jadeja, CEO de Riot Games, anunció el pasado lunes que el desarrollador con sede en EE. UU. eliminará el 11% de su fuerza laboral, unos 530 empleos, mientras la compañía reduce negocios menos rentables y se centra en títulos principales. Aún no está claro cómo se verá afectada la unidad coreana, pero lo que es seguro es que la nueva batalla apenas está comenzando.