La eterna pregunta acerca de los si los esports son o no deportes va a abrir un nuevo capítulo. Y de hecho con uno de los títulos que algunos consideran deporte electrónico, otros simulador de deportes, otros egames… Hablamos de FIFA y la FIFA eWorld Cup que se disputará del 2 al 4 de agosto en The O2, Londres, y que según ha anunciado ESPN, realizará controles antidopaje a todos y cada uno de los 32 jugadores que tomen parte en el campeonato.

 

Y es que parece que mientras los «esports tradicionales» no están muy de acuerdo con que se apliquen ciertas normas de los deportes clásicos y prefieren someterse a su propio código disciplinario, a día de hoy elaborado por ESIC, FIFA  y la eWorld Cup si parecen querer ir por esta vía y no separarse mucho de lo que es el deporte tradicional al que simulan.

 

Esta normativa obedece a la  “constante profesionalización” que la FIFA lleva a cabo con los esports y es la primera ocasión que en este torneo se imponen estas normas. “Se ha designado a un experimentado oficial de control antidopaje de la FIFA para supervisar los controles antidopaje en busca de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje”, explicaba la FIFA en un comunicado.

 

Conviene en este punto recordar lo sucedido con Valve y el Major Galaxy Battle II que se iba a disputar en enero de este año en Filipinas, y que debido a la normativa impuesta por el gobierno para regular los esports, proponía precisamente este mismo de pruebas a los jugadores. Valve, propietaria del juego, no recibió con buen agrado esta noticia y decidió rebajar la categoría del torneo de Major a Minor y finalmente fue cancelado ante la negativa de varios clubs importantes a asistir.

 

Además de esto, tanto los jugadores como sus entrenadores, firmarán por primera vez el Código Disciplinario y Código de Ética de la FIFA y las casas de apuestas serán monitorizadas para evitar cualquier amaño. El Departamento de Integridad de la FIFA “implementará medidas relativas a la integridad durante el evento de este año” y buscarán “cualquier indicio de manipulación de partidos, incidentes y/o sospechas que puedan suscitarse”. Como decíamos, algo que en los esports tradicionales se regula a través de ESIC  a quienes varias de las ligas de esports más importantes del mundo ya se han adscrito. De hecho, recientemente las normativas de ESIC entraron en vigor en LVP.

 

En el caso de que se produzca alguna violación del reglamento antidopaje, los órganos judiciales pertinentes de la FIFA estudiarán el incidente conforme al Reglamento Antidopaje de la FIFA existente”. Lo que cabria preguntarse llegados a este punto, es qué tipo de control antidopaje va a realizar la FIFA a esos jugadores, porque es evidente que las sustancias que pueda utilizar un jugador de FIFA en su beneficio van a diferir bastante de las que pueda utilizar un jugador profesional de fútbol.

 

Aquí es donde se ve claramente la dos caras de una misma moneda. Mientras que ciertos esports no consideran que se deban aplicar las mismas normas que en los deportes tradicionales y prefieren regularse por su propia normativa, otros en cambio si que siguen esa vía. Dos caminos diferentes en un mismo sector que podrían suponer dos direcciones muy distintas y que incluso, aunque esto sea aventurarse, podrían llevar a la escisión del sector en dos partes.

 

Ahora que el COI va a empezar a ver cómo funcionan los esports, que ya han explicado que no quieren juegos violentos, y viendo que diferentes títulos toman diferentes derroteros… ¿Podría ser el momento de definir qué títulos son esports y cuáles no? ¿Qué permanece realmente dentro de la concepción qué tenemos hoy de esports y que pasa a ser otra cosa, por ejemplo, «nuevos deportes» como proponía Tobias Sherman?