Hoy el día viene cargado de malas noticias para el sector del videojuego. Antes hablábamos sobre los despidos recientes de Twitch, ahora toca dar paso a la empresa Unity, la cual ha anunciado su intención de despedir a unos 1.800 empleados, lo que compone un 25% de su plantilla actual.

En su última presentación regulatoria, el motor de videojuego multiplataforma ha declarado que la reducción significativa de su plantilla de trabajo es parte de una reestructuración en curso, ya que «quieren volver a centrarse en su negocio principal». Se espera que los recortes concluyan en marzo, con importantes costes en indemnizaciones por despido y beneficios sociales para los afectados.

Esta es la cuarta ronda de despidos de Unity desde principios de 2023, empezando por su fusión con IronSource, cuando se despidió a 200 empleados en puestos duplicados. En mayo, otros 600 empleados fueron despedidos mientras la compañía buscaba «posicionarse para un crecimiento rentable y a largo plazo», y en noviembre, se perdieron 265 puestos de trabajo tras el cierre de Weta Digital como parte de un «reinicio de la compañía».

Unity ha tenido un año difícil en general, sobre todo con su «política de tasas por tiempo de ejecución», suscitando críticas públicas y en redes, lo que llevó a la compañía a intentar cambiar los términos de las tasas. Esto también provocó la salida del CEO John Riccitiello, que fue sustituido por el ex presidente de IBM James M. Whitehurst como CEO interino.