Ya sabemos lo bueno y lo malo que tiene esto de los esports y de la figura del publisher. Tras casi un año de preparación en estrecha relación co Nintendo, los gestores del Smash World Tour, cuya fase final que se iba a disputar en diciembre y ya tenían planes para 2023, se desayunaron el día de Acción de Gracias en USA con la noticia de que Nintendo cancelaba la competición.

Desde entonces, y como es obvio, mucho se ha hablado, especialmente por la organización del torneo que va a sufrir pérdidas cuantiosas por una decisión que aún no se sabe muy bien a qué obedece.

Pasados los días (que no el cabreo y la agitación), Nintendo por fin se ha pronunciado sobre su decisión de no ofrecer a SWT una licencia para organizar más eventos de Smash Bros. En un comunicado a IGN, Nintendo declara que su «decisión se basó únicamente en nuestra evaluación de las propuestas presentadas por SWT y nuestra evaluación de sus actividades sin licencia«. Nintendo agrega que “cualquier socio al que le otorguemos una licencia debe cumplir con los altos estándares que exigimos en lo que respecta a la salud y la seguridad de nuestros fans”.

También es importante que un socio se adhiera a las pautas de marca e IP y se comporte de acuerdo con las mejores prácticas profesionales y organizacionales”, añade Nintendo. “Utilizamos este mismo enfoque para evaluar de forma independiente a todos los socios. Si descubrimos que un socio está haciendo algo inapropiado, trabajaremos para corregirlo”.

Lo que comenta Nintendo tiene toda la lógica del mundo, pero sigue sin aclarar cómo es que después de un año hablando con los gestores de SWT y con todo preparado, esto no se podía haber previsto antes o solucionado. De hecho los organizadores de SWT en una publicación en Medium expresan que la comunicación les llegó sin previo aviso y sin poder reconducir la situación. También revelan que estaban en negociaciones con Nintendo para recibir la famosa licencia para operar torneos de Smash Bros. y que Nintendo incluso anotó cómo SWT no infringió su propiedad intelectual.

Sin embargo, este punto aparentemente es discutido por la declaración de Nintendo que implica que cualquier socio debe cumplir con las «directrices de marca e IP» establecidas por la compañía. La cosa se lía aún más cuando Nintendo reitera que «verbalmente» les hizo saber a los organizadores de SWT que no estaba pidiendo cancelar las finales de 2022 «debido al impacto que tendría en los jugadores«, y que «la decisión de cancelar SWT 2022 fue, y todavía lo es, su propia elección.

Los organizadores de SWT aseguran que ofrecerán reembolsos completos a los asistentes de su evento 2022 ahora cancelado.

¿Dónde está entonces la falta de entendimiento y qué elemento falta en la ecuación para este lio, donde uno mira al otro como culpable y viceversa? Pues en un tercer elemento que es por donde podría venir todo el embrollo.

Los organizadores de SWT también acusan a uno de los socios de Smash Bros. de Nintendo, Panda Global, los organizadores del torneo Panda Cup Smash Bros., de sabotaje alegando que su fundador, Alan Bunney, era quien les incitó a cancelar la competición. A este respecto, Nintendo declara que su decisión «no estuvo influenciada por ninguna parte externa como Panda Global» y que la compañía está «abierta a asociarse con otras organizaciones y continuará ofreciendo licencias para torneos importantes fuera de la Copa Panda». Si bien Panda Global seguirá siendo socio de Nintendo en Smash Bros., la compañía dice que «espera recibir propuestas de otros grupos para licencias de torneos«. ¿Puede ser que haya un T.O. favorecido por Nintendo o que esté manejando los hilos en su beneficio y en contra de otros operadores?

Veremos qué ocurre con el paso del tiempo, pero de lo que no cabe duda es que de las políticas de Nintendo con respecto al apartado competitivo de sus títulos no están siendo lo mejor de la compañía ni muchos menos y son ya varias las noticias de este tipo que se suceden, muestra clara de que algo no está funcionando con el publisher.