La Federación Internacional de Deportes Electrónicos (IeSF por sus siglas en inglés) ha encontrado un poderoso aliado en la Federación Internacional de Deportes Universitarios (FISU), la principal organización a nivel mundial que conecta los deportes con los sistemas educativos. Las dos entidades han firmado un Memorando de Entendimiento, y trabajarán conjuntamente en la creación de normas y directrices para estudiantes deportistas / atletas mientras organizan eventos conjuntos.

 

Alex Lim, secretario general del IeSF, cree que esta iniciativa mejorará el ecosistema de los esports en su conjunto: “Esperamos que este acuerdo sirva de impulsor para beneficiar a los jugadores de esports en el acceso a las estructuras públicas y sociales de cada país. Los esports son una nueva tendencia al alza entre la población juvenil y esperamos poder crear una buena causa y valores universales con esta asociación «.

 

Las dos federaciones se reunieron durante la SportAccord Convention 2017 en Aarhus, Dinamarca. Como primer paso para la asociación, IeSF apoyará los FISU Web Games; Una iniciativa de comunicación global diseñada para llegar a una nueva rama de estudiantes a través de concursos y competiciones online, que incluye la FISU eSports World University League que tendrá lugar a finales de este año.

 

Esta noticia supone la promesa de una mejora en los programas educativos de esports, algo cada vez más necesario y que incluso podría llegar en breve a tener carácter de formación oficial. La Universidad de Utah se convirtió recientemente en la primera universidad «Power Five» en patrocinar esports como institución, y justo la semana pasada, el Stephens College Columbia se convirtió en la primera escuela femenina en apoyar a un equipo estudiantil (para Overwatch).

 

Esperemos que el apoyo de la FISU ayude a superar algunos de los problemas actuales de los esports en las instituciones educativas. Según Sports Business Daily, sólo el 40 por ciento de los equipos de esports están dirigidos por departamentos de atletismo, siendo totalmente autosuficientes  (no reciben fondos de la universidad, y dependen únicamente de donaciones y patrocinios), dato que en España, por ejemplo, no llega ni al 1%.