Los esports han experimentado un crecimiento económico y social sin precedentes en comparación con cualquier otra industria dedicada al entretenimiento en los últimos 10 años. Todo ello ha propiciado que uno de los sectores con mayor proyección y desarrollo de negocio del momento se asiente en España como una opción preferente de consumo para millones de personas, haciendo frente como fenómeno global a grandes corporaciones dedicadas al entretenimiento, como Netflix, que ya evidenció a principio del 2019 en una carta dirigida a sus accionistas que nosotros competimos (y perdemos contra) Fortnite más que HBO. Lo cual denota la enorme repercusión que los deportes electrónicos han experimentado hasta la actualidad, y su fuerte posición de dominio sobre el futuro del entretenimiento digital.

Y es precisamente esta trascendencia lo que invita cada día a cientos de marcas a entrar en el ecosistema motivadas, fundamentalmente, por las grandes oportunidades empresariales que la industria les ofrece: segmentación de una audiencia perfectamente definida; un sector joven con poca competencia; una forma de rejuvenecer la marca corporativa; la posibilidad de crear nuevas experiencias en los consumidores; entre otras.

Sin embargo, no todo son ventajas, la propia novedad del fenómeno es, al mismo tiempo, su principal antagonista. Y es que, el sector, debe avanzar hacia una adolescencia empresarial que le permita afrontar los grandes retos que están por venir; entre ellos, la regulación jurídica del ecosistema, que favorezca el desarrollo del tejido empresarial a nivel nacional; y, por otro lado, la consolidación de mecanismos eficientes de medición de métricas, que posibilite evaluar, a partir de criterios objetivos, el volumen total de negocio del sector.

Así, ante esta imperiosa necesidad de credibilidad externa e interna de la industria, tanto a nivel económico como empresarial, unido a la propia inseguridad jurídica del sector, nace la iniciativa ESPORTS METRICS: un proyecto pionero en España impulsado por Esports Bureau junto a reconocidos agentes de la industria, como Global Esports Summit, Play The Game; y Auren España, que pretende marcar un antes y un después en el asentamiento del Esports Business en nuestro país, con el objetivo de lograr una normalización del sector esports en el plano económico, y así ofrecer un marco de estabilidad y seguridad a todos los agentes que componen la cadena de valor de la industria, con el fin último de formalizar su resultado ante la UNE (Asociación Española de Normalización).

Pero, ¿qué aportaría esta normalización al sector esports? En primer lugar, mejoraría las líneas de cooperación y conexión de todos los agentes de la industria; favorecería los cimientos del mercado; la competitividad de las empresas dedicadas a los deportes electrónicos; lo que provocaría, consecuentemente, la entrada de nuevos actores a la escena, algo de capital importancia toda vez que el ecosistema depende, en su gran mayoría, de la publicidad, los patrocinios y las inversiones.

Por otra parte, impulsaría las relaciones de colaboración entre el sector público y la industria esports, propiciando el desarrollo de iniciativas públicas a favor del mismo, dado que la normalización permite, entre otras cosas, acercar y anticipar las necesidades y tendencias de un sector a las instituciones y organismos gubernamentales, lo cual se traducirá, en el medio plazo, en una contribución sustancial a la simplificación legislativa del sector. Este dato, alcanza toda su virtualidad cuando casi el 15% de las normas UNE están citadas en la legislación nacional. Suponiendo un apoyo eficaz para el despliegue de iniciativas normativas y una de las mejores herramientas para la legislación inteligente de fenómenos disruptivos.

Y, por último, facilitará la entrada de nuevos agentes al mercado mediante el establecimiento de una serie de criterios comunes que permitirán dar una mayor seguridad y credibilidad a la industria, fruto del consenso de todos los actores de la cadena de valor, lo cual redundará en una mayor participación de marcas y anunciantes en el ecosistema.

En definitiva, una propuesta sin precedentes en el sector esports a nivel nacional e internacional que rubrica la necesidad de avanzar hacia una regulación específica que nos permita abordar, y liderar, la transformación digital de nuestra sociedad, y abanderar la entrada de nuestra economía en la cuarta revolución industrial.