Definitivamente, algo pasa con la Overwatch League. O todas la miradas están centradas en ella y se mira con lupa, por lo que se ven cosas que igual son normales en otras competiciones pero aquí se detectan antes, o es que definitivamente algo está fallando.

 

¿Porque lo decimos? Pues porque hoy, a través de DotEsports, hemos vuelto a encontrar un nuevo caso de sanción a un jugador de uno de los equipos participantes en la primera temporada. En esta ocasión se trata de Féliz “xQc” Lengyel de los Dallas Fuel. El jugador fue baneado durante el fin de semana por comportamientos ilegales en partidos del modo competitivo de Overwatch.

 

El email de suspensión hace alusiones ha comportamientos que no son propios de Overwatch, incluyendo, pero no limitándose a, no participación, hacer AFK de forma repetida y otros comportamientos que tienen un impacto negativo en la experiencia del equipo. Este comportamiento le ha costado al jugador un baneo de 7 partidos que el mismo comentaba de forma no directa en un stream con otra de sus cuentas. Por lo tanto, se pierde el inicio de temporada.

 

Haciendo un repaso, se trata de la tercera sanción de jugadores de Overwatch en apenas un par de semanas, lo que no da muy buena imagen ni de la competición, ni de los medios que Blizzard y los propios equipos están adoptando para evitar este tipo de comportamiento. “Sado”, de los Philadelphia Fusion, ya ha sido suspendido durante 30 partidos por participar en boosting the cuentas, y hace tan sólo una semana, dos jugadores de los Shanghai Dragons fueron multados por su organización por combatir cuentas. Sólo en el caso de Sado la sanción viene directamente de la propia Blizzard, mientas que en los otros dos casos, son los equipos quienes, aplicando el código impuesto por Blizard, se responsabilizan de la sanción. En el caso de xQC, el jugador podrá seguir realizando streamings, como ya se ha visto.

 

Venimos diciéndolo desde hace tiempo. Los ojos están puestos sobre Blizzard y se está mirando meticulosamente todo lo que provenga de la OWL. Que es difícil controlar cientos de aspectos es cierto, pero no menos cierto es que como cabeza visible, la desarrolladora ha de tener presente que cualquier fallo irá en su contra. Además, no sólo hablamos de problemas para hacer cumplir un fair play deportivo entre los jugadores (responsabilidad directa de los equipos e indirecta de Blizzard) sino de problemas con logística (que sigue sin esclarecerse si el problema de visados ha sido previsto por Blizzard) y decisiones cuestionables sobre la retransmisión de su pretemporada y que sigamos sin saber por dónde podremos ver una liga que comienza el 10 de enero y de la que ni sabemos datos de audiencia de la mencionada pretemporada…

 

Blizzard debe tener más cuidado, los más mínimos detalles cuentan cuando tienes todos los ojos encima y la compañía está dejando pasar demasiado errores pequeños que pueden convertirse n uno grande.