Las cosas vuelven a su cauce natural. Aunque a veces, todo hay que decirlo, este cause no sea el mejor para el sector (el predominio de Twitch preocupa) ni en las mejores circunstancias (la crisis actual obliga a cambios de estrategia). Nos explicamos. Desde este pasado viernes 7 de abril, la Call of Duty League ha vuelto a verse en streaming en YouTube, además de la plataforma en la que ya estaba, Twitch.

Lo de Activision Blizzard jugando con las dos plataformas da para escribir un libro. La relación con Twitch comenzó cuando la plataforma de Amazon pagó ni más ni menos que $90 millones por la Overwatch League, en concreto por las dos temporadas iniciales, 2018 y 2019. En aquel momento fue un hito, con los esports en pleno apogeo, pero algunos se preguntaban si las potenciales audiencias tenían ese valor.

La respuesta llegó dos años después y era evidente. No lo valían, y Activision Blizzard tuvo que buscar otra alternativa. Era obvio a quien acudir, y en 2020, la compañía que ahora intenta adquirir Microsoft alcanzó otro acuerdo millonario, $160M con Youtube, en esta ocasión por el pack de OWL, Call of Duty League y competiciones de Hearthstone, ese juego del que ya nadie se acuerda actualmente, por tres años: 2020, 2021 y 2022.

Parecía que en 2023 la competición del shooter por el que Playstation se está peleando volvía a Twitch, tras expirar el acuerdo con Youtube en Enero, pero ahora y de forma repentina, se podrá disfrutar en ambas plataformas.

La historia de las competiciones de Blizzard forma parte ya de la historia del sector en lo que a su modelo de retransmisión se refiere y varias cosas están claras. Ni las competiciones del publisher generan unas audiencias que, de momento, valgan esos millones; ni el sector está actualmente como para invertir semejantes cifras; y se acabaron exclusividades y se apunta a toda plataforma posible: no tiene sentido, en un momento como el actual, cuando la tecnología permite dar a un botón y retransmitir a varias plataformas simultáneamente, quitarse audiencias o posibilidades de espectadores. La cosa no está para perder ni un solo espectador, y si pueden tenerlo al alcance por el mismo coste de retransmisión, bienvenidas sean todas las plataformas.