Apenas han pasado dos días desde que el Departamento de Justicia de Estados Unidos interpusiera una demanda frente a Activision Blizzard debido a la creación, por parte de este último, del llamado “Competitive Balance Tax, pero las últimas informaciones apuntan a que la compañía que está siendo objeto de compra por parte de Microsoft ha alcanzado un acuerdo con el Departamento de Justicia para la retirada de la demanda.

¿Qué es la Competitive Balance Tax? Se trata de una norma que AB se sacó de la manga y por el que obliga a los equipos participantes en sus ligas franquiciadas de Overwatch y Call of Duty a mantenerse dentro de un umbral de gasto en jugadores. Cualquier equipo que superase ese límite se tendría que enfrentar a multas (impuesto de lujo), que se distribuirían entre los equipos no infractores de sus respectivas ligas. Así las cosas, de forma indirecta, se estaba poniendo un límite por arriba al salario de los jugadores.

Esta norma recuerda clarísimamente al impuesto de lujo que ligas deportivas franquiciadas tradicionales (como la NBA) disponen en sus normativas internas. No obstante, como ya discutimos largo y tendido en el Rush 04X56, para implementar este impuesto de lujo, la NBA tuvo que llegar a un acuerdo con la Asociación de Jugadores, que hace las veces de sindicato de estos. Una figura de la que carecemos actualmente en los esports en cualquier parte del mundo.

Con todo esto, ante la falta de pacto entre publisher, equipos y jugadores, el Departamento de Justicia estimaba que este impuesto tenía el propósito y el efecto de limitar la competencia entre los equipos de cada liga por los jugadores de esports y suprimía los salarios de los jugadores de esports, mientras que ambas ligas recaudaban millones de dólares para AB en concepto de derechos de franquicia, ingresos de patrocinio, acuerdos de exclusividad de streaming y acuerdos de retransmisión televisiva, todo ello en incumplimiento de lo dispuesto en la Sección 1 del Sherman Act (Normativa de la Competencia estadounidense).

De forma absolutamente acelerada, -llegar a un acuerdo en 48 horas no se ve todos los días- las últimas informaciones apuntan a que AB, que en todo momento ha defendido la licitud de esta norma, ha cerrado este asunto con el Departamento de Justicia, mediante un compromiso de retirar y no aplicar jamás el Competitive Balance Tax sobre sus dos ligas principales en Estados Unidos.

El acuerdo todavía tiene que ser aprobado por el United States District Court for the District of Columbia, Tribunal ante el que se interpuso la demanda, para que sea totalmente efectivo, pero todo señala a que este acuerdo llegará a buen puerto y no tendremos sesiones de juicios al respecto.

En un momento en el que los modelos económicos y de monetización de la mayoría de ligas y torneos está tambaleándose, publishers como AB, si realmente están interesados en la continuación y crecimiento de los esports, deberían sentar a la mesa a todos los agentes involucrados y llegar a acuerdos que permitan rentabilizar sus productos, empezando por analizar los salarios de los jugadores estadounidenses que, en gran medida, son estratosféricos.