La regulación de los esports es siempre uno de los temas más candentes de la actualidad del sector. Tanto que ha dado lugar a numeras opiniones, unas más acertadas que otros. No son pocos los representantes de la industria que han mostrado estar a favor de una regulación propia el sector, desmintiendo así en muchas ocasiones información sensacionalista que trata a los esports de » un chiringuito» que no quiere que lo regulen. El matiz está en la palabra «propia». Los esports son lo suficientemente complejos como para requerir una regulación propia. Mientras tanto, no operan al margen de la ley, sino que se basan en el resto de leyes disponibles, que aún sin ser las ideales, son las que hay.

 

Tan complejo es el sector que requeriría, por su naturaleza, reglas propias para varios aspectos, algunos por ejemplo propios y que los diferencian de otros deportes y espectáculos, como es el caso de los recintos de esports en China, donde estos lugares están ciertamente masificados. Así, ya se han puesto manos a la obra, y ha lanzado oficialmente, por parte del Ministerio de Cultura y Turismo del país, el primer conjunto de reglas y normas que rigen la administración de recintos de esports, como por ejemplo, cibercafés u otros locales que ofrezcan videojuegos competitivos para el público.

 

«Electronic Arenas Operational Service Specification«, nombre que recibe este paquetes de medidas,  especifica los requisitos básicos para el equipamiento, las instalaciones del lugar, el personal y la gestión de seguridad, así como la evaluación y mejora de la calidad, según ha informado ChinaNews.com.

 

Encargado por el Ministerio de Cultura y Turismo y propuesto por la Asociación de Servicios de Acceso a Internet de China (IASAC), las reglas se dieron a conocer en un evento celebrado en el pabellón Alliance Esports Tianjin, el primer centro de deportes profesionales a gran escala del país, que se encuentra en la eco-ciudad Tianjin Sino-Singapur.

 

En el lanzamiento, Guo Yang, secretario general de IASAC, destacó el rápido desarrollo de los deportes electrónicos en China y que estos lugares se habían convertido en el área central de la transformación y modernización del sector. Estos centros de juego son como cyber cafés de  internet mejorados que atraen a jugadores profesionales y organizan torneos de alto nivel. «[La especificación] ayudará a la industria a lograr el funcionamiento estándar, el servicio estándar y los procedimientos operativos, a medida que la industria de los deportes electrónicos continúa creciendo de forma saludable«, comentaba.

 

Con un número de jugadores de esports que llega a 260 millones, casi el 20% de la población total del país, Feng Qing, CEO de Allied Esports, comentaba que «sienten una responsabilidad social de promover el desarrollo saludable de los deportes electrónicos, así como tener una influencia nacional e internacional más positiva«.

 

Viendo el creciente número de iniciativas que se están dando a nivel global en lo que respecta a estadios de esports (el último ejemplo lo tuvimos la semana pasada con The Gaming Stadium en Canadá), no es de extrañar que se produzcan en un momento dado normativas similares en otros países. También es cierto que China es un país aparte en este sentido. Allí el uso de este tipo de establecimientos para esports está a la orden del día, especialmente el uso de cibercafés, que tienen una gran demanda, por lo que se imponía una regulación propia.

 

En España por ejemplo hace ya tiempo que desaparecieron los típicos ciber cafés para transformarse en otro tipo de local, que sin llegar a los niveles de China por supuesto, están teniendo un buen repunte. En ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia tenemos ya varios «bares gaming» donde se disputan algunos torneos (no es el uso principal) pero si donde la gente se reúne para tomar algo mientras ven sus campeonatos preferidos. Algunos de ellos incluso son ya franquicias que se están extendiendo.

 

Los esports siguen avanzando y su compleja naturaleza poco a poco va encontrando su sitio a nivel legal, donde lo importante es tener en cuenta las particularidades del sector antes de empezar a legislar a lo loco.