La industria de los videojuegos, valorada en $187.000 millones, atraviesa tiempos complicados. Durante la pandemia, millones de personas, muchas de ellas principiantes o jugadores ocasionales, recurrieron a los videojuegos para pasar largas horas de desconexión online. Importantes inversores ingresaron al sector y el futuro parecía prometedor.

Sin embargo, el fin del confinamiento cambió el panorama, y tanto el compromiso como la inversión cayeron en picado. Los ingresos de la industria han disminuido casi un 3% desde su pico de $190.000 millones en 2021.

Según el analista e inversor Matthew Ball en su ensayo «The Tremendous Yet Troubled State of Gaming in 2024«, el año pasado fue brutal para quienes trabajan en el sector. Los ingresos se estancaron mientras los costes aumentaron, lo que resultó en despidos, cancelación de proyectos y cierre de estudios. El impacto fue particularmente duro para los esports, ya que inversores y patrocinadores redujeron su apoyo.

En medio de este escenario, el torneo Split 1 de Apex Legends de Electronic Arts (EA) en Los Ángeles es una oportunidad para observar cómo una empresa está construyendo un ecosistema sostenible en medio de una consolidación desenfrenada.

Monica Dinsmore, directora senior de marca y marketing de esports en EA, opina que el mercado se está ajustando. EA está adoptando un enfoque diferente hacia los esports, centrándose en acercar a los fans a sus juegos en lugar de tratarlos como negocios independientes. Dinsmore subraya que, para EA, los esports son vehículos de marketing más que negocios independientes.

El enfoque de EA ha sido lento pero constante, evitando la sobre inversión y centrando sus programas de esports en la colaboración con los equipos de franquicia para alinearlos con los juegos. Este enfoque ha permitido un crecimiento significativo para EA mientras que el resto de la industria lucha.

Según el analista Clay Griffin, la expansión en la adquisición y retención de jugadores es clave para EA, y los esports son vitales para conectar con jugadores y fans. Dinsmore cree que los esports son importantes para mantener el compromiso de los jugadores más leales.

La disminución en el compromiso con los videojuegos se debe a la relajación de las restricciones pospandémicas, lo que desincentiva a las personas a jugar. Los esports ofrecen oportunidades para que un pequeño grupo de jugadores gane dinero, y permiten a las editoras obtener beneficios mientras organizan eventos atractivos para los fans.

Dinsmore, con experiencia en Riot Games, lidera la estrategia de marca y marketing de los títulos con ecosistemas de esports de EA: Madden NFL, EA Sport FC Pro y Apex Legends. Apex Legends, aunque lleva cinco años en el mercado, ha logrado construir una base de 100 millones de jugadores y sigue creciendo.

La audiencia de los torneos relacionados con Apex creció un 22% en su tercer año, con 48 millones de horas vistas. Se espera que esta cifra aumente con la expansión del juego en China y otros mercados. Las competiciones de Apex Legends cuentan con equipos de más de 80 países.

Dinsmore señala que la industria se está ajustando para crecer de forma más inteligente. Parte de este crecimiento implica integrar más que solo la competición. En el caso de Madden NFL, las finales se juegan en la misma semana que la Super Bowl, en la ciudad anfitriona del evento.

EA también ha incorporado la cultura, el deporte y la música en sus eventos de esports. Por ejemplo, en el torneo de Madden se celebró un gran concierto encabezado por Green Day, y el evento contó con la participación de celebridades, deportistas y fans.

Para Dinsmore, el éxito en esta nueva era no solo se trata de números y crecimiento, sino de lo que ese crecimiento significa: “Es que estamos involucrando a las personas que más se preocupan por estos juegos, y en última instancia, estamos haciendo crecer la base de jugadores de los juegos que aman”.