Fuerte comienzo del año en lo que a inversiones en el sector se refiere, pero quizás ninguna hasta ahora tan sorprendente como la que hoy hemos conocido. La firma de Capital Riesgo Work America Capital Management, basada en Houston, podría estar interesada en invertir cerca de $70 millones en un estadio de esports.

 

La nueva arena, denominada “The Cannon”, tendría algo más de 11.000 metros cuadrados de extensión y sería parte de  un distrito más grande, el Founder’s District, en el cual estarían trabajando también WACM. La información ha sido publicada por el Houston Chronicle. El cofundador de WACM, Mark Toon, comenta en el artículo que además de haber en el complejo incubadoras de startups, The Cannon servirá como casa temporal, gimnasio, campo de futbol, restaurantes, etc.

 

Hay que aclarar que, de momento, esta opción no tienen ninguna relación directa con el equipo de la OWL Houston Outlaws. Eso si, a nadie se le escapa que para la segunda temporada, cuando los equipos ya tengan que jugar sus partidos en casa en su propio estadio, de llevarse a cabo esta estadio, es evidente que sería la opción ideal para ser la casa de los Outlaws.

 

Los estadios de esports se están convirtiendo en otra de las formas de intentar hacer negocio en los deportes electrónicos. Aunque por si solos pueden no resultar rentables, con una posición y dentro de un marco urbano adecuado, y con una serie de servicios asociados que permitan monetizarlos durante todo el año y no sólo durante los «días de partido», como ocurre con los deportes tradicionales, es muy posible que veamos como proliferan. No con inversiones probablemente de $70 millones, pero si a otras escalas.

 

Además, uno de los aspectos importantes a tener en cuenta también es para qué juego se construye ese estadio. Hasta ahora con un espacio suficiente no había problema en albergar cualquier tipo de juego, pero desde que irrumpió PUBG en la escena competitiva y desde que esta semana OGN ha demostrado que se puede construir una arena para 100 jugadores, habrá que prestar atención a las dimensiones del “campo de juego”. Con $70 millones, se nos antoja que se puede hacer algo interesante para todos los géneros, y modulable, incluidos los Battle Royale, pero también los juegos para móviles, que ganan adeptos y nuevas audiencias.