Durante la última década, los deportes electrónicos han pasado de ser una subcultura marginal a convertirse en una industria global multimillonaria. Torneos masivos, audiencias en línea que compiten con las de los deportes tradicionales y jugadores que ganan millones son solo algunos de los indicadores de cómo los esports han transformado el panorama deportivo.

Con el paso del tiempo, Incluso han logrado inmiscuirse en el mundo de las apuestas deportivas (https://apuestaes.tv/casinos/). Teniendo en cuenta su repercusión actual, surge la pregunta que encabeza este artículo: ¿qué significa realmente ser un atleta profesional en el mundo de los esports?

Nuevas habilidades, mismas exigencias

A primera vista, podría parecer que los jugadores de esports y los atletas tradicionales no tienen mucho en común. Nada más lejos de la realidad. En lugar de correr o levantar pesas, los jugadores de esports desarrollan reflejos rápidos, precisión milimétrica y una toma de decisiones en fracciones de segundo. Así lo demuestran juegos como League of Legends o Counter-Strike, que exigen niveles altísimos de coordinación mano-ojo, así como una increíble resistencia mental.

Lo que diferencia a los jugadores de esports de los atletas tradicionales es que su entrenamiento no se centra en la condición física en el sentido clásico, sino en la práctica constante frente a la pantalla. Al igual que en otros deportes, las horas dedicadas a mejorar son inmensas: los profesionales entrenan hasta 12 horas al día, perfeccionando tácticas y estrategias en equipo y afinando sus habilidades individuales. Esto requiere disciplina, concentración y, sobre todo, pasión por el juego.

Preparación física y mental

Una de las ideas erróneas más comunes es que los jugadores de esports no necesitan cuidar su salud física. No obstante, con el nivel de competición actual, los equipos profesionales suelen contar con entrenadores físicos, fisioterapeutas y nutricionistas que les ayudan a mantenerse en la mejor forma posible. Las largas horas frente al ordenador pueden provocar problemas de postura, fatiga visual y estrés, por lo que muchos jugadores siguen regímenes de ejercicios diseñados para mantener su cuerpo en condiciones óptimas.

La parte mental es igual de importante. Los esports exigen una enorme concentración y resistencia psicológica. Al fin y al cabo, las partidas pueden durar horas y la presión por ganar es abrumadora.

La profesionalización de los esports

El camino hacia la profesionalización en los esports no es diferente al de otros deportes. Los jugadores comienzan compitiendo en ligas amateur, ascendiendo a equipos más grandes y participando en torneos internacionales si logran destacar. Las grandes organizaciones de esports buscan talento joven, al igual que los clubes deportivos, y ofrecen contratos lucrativos a los jugadores más prometedores.

A todo lo anterior se le suma que las ligas de esports son cada vez más estructuradas y organizadas, con reglas estrictas, entrenadores y calendarios de competición. De hecho, algunas universidades incluso ofrecen becas para jugadores de esports, igual que lo hacen para los deportes convencionales.

¿El futuro de los atletas?

Apuestas Esports

Con todo lo anterior en mente, está claro que los esports han roto con el estereotipo del jugador como alguien sedentario. Hoy en día, ser un atleta de esports conlleva una dedicación similar a la de los atletas tradicionales. Los esports han cambiado nuestra percepción de lo que significa ser un atleta profesional, introduciendo una nueva era de competición en la que las habilidades mentales son tan importantes como las físicas.
En este sentido, es probable que esta evolución continúe y que la brecha entre los deportes tradicionales y los electrónicos se cierre aún más. Si ambos demandan lo mismo, ¿por qué no debería ser considerado deporte?